jueves, 20 de diciembre de 2012

EXPURGADO




Me gusta conducir escuchando audio-books, en inglés. En esta ocasión estaba con Shogun, de James Clavell. Ya lo había leído al menos dos veces en español hace bastantes años.Una rotonda.. ¿eh?...un ceda el paso... ¿el qué?...este párrafo...he llegado al dichoso Mercadona...este párrafo...no lo conozco de nada.
Cuando llegué a casa, muy extrañada, bajé a buscar el libro, bajé a buscar, de hecho, las dos ediciones que tengo, porque la primera, muy de bolsillo, se había desencuadernado sin remedio y en un mercadillo encontré una de esas versiones que dan con los diarios por un par de euros y lo volví a comprar.
Busqué la altura del libro por la que me iba, lo compulsé y para mi consternación, lo que me temía es cierto: mis versiones en español están CENSURADAS. Repugnante palabra.

Quiero aportar todos los datos, el copyright original de James Clavell data de 1975. Mis ediciones en español son: un "Jet" de Plaza y Janés, tercera edición julio 1995 sin un traductor especificado y la otra, de tapa dura de Ediciones Santillana, 2005, traducida por J. Ferrer Aleu cedida por Random House Mondadori. Ambas versiones son exactamente iguales. Expurgadas.

A la izquierda.

A la derecha.



Los bestsellers de Clavell son excelentes, son novelas de mucha calidad, complejas,  con datos contextuales históricamente correctos y horriblemente entretenidas,  ingredientes verdaderamente difíciles de conjugar y a años luz de esas porquerías conspiratorias que son los bestsellers hoy en día.
El argumento arranca con la llegada, en 1600, de un marinero inglés, Blackthorne, a las costas de Japón (si alguien desconoce la sinopsis del libro, que por favor consulte la Wiki, como ya he referido, es una novela larga y compleja, me parece tonto copia-pegarla yo aquí) y en principio, abunda en los abismales choques culturales que se dan entre el inglés y los japoneses. 

El párrafo que se han cepillado es bastante, bastante largo, y trata sobre uno de esos choques. Adivinamos sobre que temática? Tic-tac-tic-tac...premio! El sexo. La escena es graciosa, tierna y muy humorística  No deseo extenderme en el libro en sí, diré que básicamente  dos mujeres japonesas le explican a un Blackthorne entre pasmado y escandalizado que existen las bolas chinas ( que se pueden usar para ella o para él) y entre otras más cosas, que la mujer ha de satisfacer sus necesidades íntimas, más si por circunstancias ( viudedad, falta de libertad, esposo incompetente), no puede, y que para ello hay una serie de interesantes aparatitos. Lo exponen como algo lógico y natural y con todo el tacto del que son capaces, ya que han notado que al "bárbaro" esos temas le producen anómalas reacciones. 
En la versión en español todo esto, sencillamente no existe. 

1975 no me resulta año ya en este país para un corte tan asqueroso, pero....¿1995? y una nueva edición con un lapsus de diez años...2005?!!! Es decir, que es casi una certeza que si fuese mañana y me comprase la última edición que encontrara, seria esta, la tijereteada. Que vergüenza de país ...
Nadie lo ha revisado...¿quien se va a dar cuenta? (YO!!!) ¿A quien le importa?. (A MI!!!!). He tenido que acceder a la versión en su idioma original para saberlo. ¿Y cuanto más hay cortado? ¿Frases?, ¿líneas? ¿mas párrafos?...¿ Tai-Pan también esta macheteado?, que inquietante, que mirada al abismo, de repente ojeo mi biblioteca....cuantos libros hay pasados por una trilladora, y sencillamente, no lo sé....no lo sé...me dan nauseas. Recelar de los libros de uno es algo muy serio, muy feo. 

Entiendo que una editorial es una empresa privada, que se puede negar, por razones de cualquier índole, a publicar un libro. Esto no lo publico y punto. Vete a otra. Pero lo que es aberrante y vergonzante es publicarla para publicarla sesgada, faltar al respeto al autor, y al lector, de esta manera. Una editorial no es NADIE para decidir que es aceptable que yo lea o no. YA NO. 

La sombra de la mano moralista que oculta...¿con que criterio?. El criterio de un degenerado mental. Es curioso, porque se vale tanto por lo que se dice por como por lo que se calla. Vaya un ejemplo de muchos:
En Shogun hierven vivo a un marinero, lo hierven con escrupuloso y metódico cuidado durante toda una noche, para que sus gritos sean bien oídos, y bien asimilados, tortura para él, indecible tormento para aquellos que aguardan su turno, este hombre trata de poner fin a su suplicio abriéndose la cabeza contra el borde del caldero. 
Es decir, que a los censores esta bella escena les pareció moralmente aceptable de encajar para sus lectores. Eso sí, el placer sexual, no. Un afectuoso abrazo para Plaza y Janés y sus considerados cuidados sobre lo que pueda impactar en mi cerebro. ¿Ya puedo leer a Kurt Vonnegut , puedo leer Matadero Cinco?, ¿Ya soy una ciudadana madura y preparada para el horror? Y por favor, puedo leer Fanny Hill? o Fanny Hill no porque pone coño en vez de horno de gas? Porfi-porfi, que me es permitido leer? O, no, mejor aun, olvidémonos de todo, seamos felices y tontos, olvidémonos de los asuntos lúbricos, olvidémonos de los Nazis, olvidemoslo todo, comprémonos un tablet, un Oso Angeloso y metámonos el pulgar en la boca...a sestear...
YO NO QUIERO.

Una obra es lo que es y es DISCRECIÓN DEL LECTOR leer o no leer. Elegir sus temas, desecharlos. Por es un libro de Clavell que es la bomba, se va a vender como churros, pero mejor si esa gran novela la... re-re-retocamos? Asi que James Clavell es un buen autor al que hay que... matizar? Abyectos, perversos avarientos, ese comportamiento es la raíz de todo lo verdaderamente inmoral. Que falta de respeto tan enorme hacia el autor.  Hacia mi persona. Hacia el mundo de las letras y de las palabras, de las ideas y del pensamiento. Hacia todo lo que se supone que puede mejorar lo que hay. Que ya se nota...no es gran cosa. Que asco.







4 comentarios:

  1. Comprendo tu indignación, querida Eve. Estas cosas son imperdonables. Te contaré un caso que a mí me indignó. Me compré, hace mil años (yo era un adolescente, imagínate!), un librito que se llama "Bajo la colina" (Under the Hill) escrito por el maravilloso ilustrador, Aubrey Beardsley. Pues bién, es un libro erótico, inacabado, y lleno de encanto. Resulta, que leí, en el prólogo, que algunos pasajes, habían escandalizado tanto al traductor... que los habían suprimido!! ¡Manda huevos! ¡El traductor se escandaliza y para no ofender al lector, se suprimen! ¿Que te parece? Yo me indigné muchísimo y además, por que no, NO se le pueden cortar las partes más guarras a un adolescente! ¡Que poca consideración! :) Imagínate mi decepción. Es un caso que tenía olvidado y he recordado al leer esto de Shogun. Comprendo tu cabreo. Si alguien se ofende, que tire el libro, rece, se flagele, se toque, que haga lo que quiera, pero que respeten al autor, a su obra y a los lectores. Es vergonzoso que por que alguien se escandaliza con el sexo, lo suframos lo demás, por muy degenerados que seamos, según ellos, los de siempre.

    Me encanta como escribes y me averüenza que leas lo que yo escribo en mi blog. Y como te dije, mi inglés no me da para escuchar audiolibros. Leerlos en inglés, todavía...

    Muchos besos, guapa.

    ResponderEliminar
  2. Hola, guapo!!!

    Uyuyuiiiii...mejor no entramos en el tema de las traducciones (aunque sean sin censura)que me hago sangre. Como el espinoso asunto de la traducción de los nombres propios (véase Juego de Tronos, para tirarse de los pelos!)Tienes toda la razón en lo que debería hacer cualquiera que se sienta ofendido con un libro. Que palabro tan difícil resulta RESPETO para algunos...que cansinos.

    Gracias por decirme que te encanta lo que escribo,a mi tambien me encanta lo que escribes tú! Anda que no te da el inglés para audiobooks! Eso creia yo y tardé mucho más de lo que debería en lanzarme. Las primeras horas son muy penosas, te da que es una especie de moscarda susurrandote en koreano pero minuto a minuto...de repente lo estas entendiendo, es casi como magia!

    Y que forma de putañear a un adolescente, en efecto, cortarle las partes más cochinas!!!! ;)
    Besitos mil!

    ResponderEliminar
  3. Llevas toda la razón. Las grandes editoriales de este país no hacen cultura sino negocio. Santillana pertenece al grupo Prisa, y Plaza y Janés a un empresario que tiene fama de hacer todo tipo de trampas con el Premio Planeta. Y en este caso se queda uno con la duda de si la censura es por moralismo o por no perder el sector de mercado de esa burguesía que tanto abunda en este país,rancia,beata y con buen poder adquisitivo. Como bien dices: ¡qué asco!.
    Látigo.

    ResponderEliminar
  4. Uy! Se quien eres, Látigo, me hizo gracia el seudónimo que has escogido, y te imagino bien dando caña por los foros, que estas de un batallante...me ilusiona que te mires mis post, ya lo sabes. Besitos!, tambien para Al, que como se dice por la tele, "que me estará viendo",ja ja. Besitos para ambos!

    ResponderEliminar

Es difícil, pero no imposible.