viernes, 12 de abril de 2013

HABLANDO DE LAD







O, más bien, regresando al hilo que me hizo pensar en el post sobre libros de segunda mano. "Lad, un perro" de Albert Payson Terhune.
Aburrido, previsible...pero también entrañable y muy curioso. Decididamente este hombre carecía de la pasión, de la sangre hirviente de Jack London, pero es indudable su amor y su respeto por su perro, su héroe canino, al que describe sin descanso colmado de virtudes: paciencia, ciega obediencia, dulzura, apostura y carácter  Terhune tiene esa debilidad que tenemos muchos de los amantes de los perros, la debilidad por una raza, en su caso los Collies.



Al principio, y hasta que no se le pilla el tono, irrita. Esta ciento por ciento convencido de que los seres humanos son, -y deben ser- una Deidad Suprema para los canes. Y menciona algo llamado el "latigo para perros". Y uno frunce el ceño y se pregunta que coño se ha comprado.
Y luego vienen las aventuras de Lad, que, en principio debido al tono realista y monocorde del libro, inclinan al lector a pensar que es todo una invención. Lad, justiciero del débil, Lad, látigo del malvado, Lad triunfante. Y me parecía horrorosamente cursi su nombre mismo ( Lad, "muchacho") teniendo en cuenta que la perrita de la casa era otra Collie: Lady.
Pese a ser un libro breve, me costó mucho leerlo hasta el final y lo intercalé con muchos otros, más animados -esto incluyó Los Diarios de Lord Byron, que da mucho tono, pero del que sacas poco en claro, debido a la inmensa cantidad de personas mencionadas que no tienes ni P idea de quienes eran- ....hasta que llegué al epilogo.
Está escrito desde el corazón, pero con cuajo y con templanza, y libre de ese tono encorsetado del resto de la novela. Habla el autor, sin artificios. Y creo a Albert Payson Terhune, después de ese soniquete de correrías cursilonas, le creo, creo que todo cuanto contó es cierto. Extraño, aburrido, capaz de emocionar, y mucho,  solo con unas palabras finales. En esto consiste leer. Supongo.   






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