O, más bien, regresando al hilo que me hizo pensar en el post sobre libros de segunda mano. "Lad, un perro" de Albert Payson Terhune.
Aburrido, previsible...pero también entrañable y muy curioso. Decididamente este hombre carecía de la pasión, de la sangre hirviente de Jack London, pero es indudable su amor y su respeto por su perro, su héroe canino, al que describe sin descanso colmado de virtudes: paciencia, ciega obediencia, dulzura, apostura y carácter Terhune tiene esa debilidad que tenemos muchos de los amantes de los perros, la debilidad por una raza, en su caso los Collies.
Al principio, y hasta que no se le pilla el tono, irrita. Esta ciento por ciento convencido de que los seres humanos son, -y deben ser- una Deidad Suprema para los canes. Y menciona algo llamado el "latigo para perros". Y uno frunce el ceño y se pregunta que coño se ha comprado.
Y luego vienen las aventuras de Lad, que, en principio debido al tono realista y monocorde del libro, inclinan al lector a pensar que es todo una invención. Lad, justiciero del débil, Lad, látigo del malvado, Lad triunfante. Y me parecía horrorosamente cursi su nombre mismo ( Lad, "muchacho") teniendo en cuenta que la perrita de la casa era otra Collie: Lady.
Pese a ser un libro breve, me costó mucho leerlo hasta el final y lo intercalé con muchos otros, más animados -esto incluyó Los Diarios de Lord Byron, que da mucho tono, pero del que sacas poco en claro, debido a la inmensa cantidad de personas mencionadas que no tienes ni P idea de quienes eran- ....hasta que llegué al epilogo.
Está escrito desde el corazón, pero con cuajo y con templanza, y libre de ese tono encorsetado del resto de la novela. Habla el autor, sin artificios. Y creo a Albert Payson Terhune, después de ese soniquete de correrías cursilonas, le creo, creo que todo cuanto contó es cierto. Extraño, aburrido, capaz de emocionar, y mucho, solo con unas palabras finales. En esto consiste leer. Supongo.
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Es difícil, pero no imposible.