viernes, 4 de diciembre de 2015

EL VIENTO




Aquí se habla mucho de la lluvia y del frío. Mucho de lo primero, exageran en lo segundo.

Ya llega el viento. A ese no lo mencionan. Ha llegado el viento para quedarse, para hacer crujir los arboles como las cuadernas de un barco en una tormenta, para que sea peligroso estar bajo mis robles preferidos. Las vallas de madera se sacuden, adelante y atrás, con mucha violencia, como un loco desesperado; las puertas cerradas se vuelven inquietos relojes, toc-toc-toc, las ventanas silban, las cortinas esconden fantasmas que las hacen ondear.

Y el ruido, es un... bramido, es una constante que se arremolina y te golpea y te llena de ruido la cabeza, hasta que no oyes bien lo que piensas y te esta abrasando la piel. Es curioso, me decolora el pelo, me lo torna más rubio y blanquecino de lo que el inmisericorde sol español logró jamás.

El viento te empuja tan fuerte que he impide andar hacia adelante o bien te tira de espaldas, mientras penetra por las costuras de la ropa, te arremolina el pelo sobre la cara sin cesar, como si fuese una broma que dura demasiado. Levanta ondas de agua hasta en los charcos más pequeños. Sientes el remolino, le oyes y en un instante te está sacudiendo furiosamente. 
Hace oscilar el coche cuando está parado, lo sacude estando en marcha. 

Por eso aquí, si además llueve, es inútil usar un paraguas y nadie mira a nadie porque todos vamos destocados y empapados y no hay nada que puedas hacer al respecto. A 50, 60, 70…80 kilómetros por hora, sin descanso, llega el momento en que te preguntas que no pueda tirar, quebrar o arrastrar. Es como tener la fuerza del mar golpeando por el aire.


Crea una inquietud que acaba por ponerte muy nervioso, y porque no, te vuelve un poco loco. A finales del invierno pasado veía brujas en las viejas y desnudas ramas de los grandes árboles y cada día pasaba bajando la mirada. Acabé pensando en las creaciones primitivas de los mitos y en lo mucho que se debía parecer a lo que yo estaba experimentando. 



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Es difícil, pero no imposible.