jueves, 29 de noviembre de 2012

Gatos y Perros, Perros y Gatos y Gatos y Gatos


Adoro a los gatos. La cosa mas bonita de mi infancia fue compartir la vida con Musi, una bolita feuca que me cabía en la palma de la mano, y que compramos en el Rastro por quinientas pesetas. Con el tiempo se hizo un gato enorme ( atención  digo enorme, no gordo) de casi siete kilos. Tengo muy pocas fotos suyas, eran los tiempos del carrete. Yo daba por sentado que por la mañana era de día, por la noche oscurecía, que el cielo es azul y esas tontuneces, y que del mismo modo estaría él y siempre podríamos jugar de matute en las madrugadas, entre las sombras y las patas de las sillas. Vivió quince años. Tengo una cicatriz en el hombro de un día en que sonó el telefonillo y decidió bajar de mi hombro mientras yo estúpidamente traté de evitarlo. Es mi cicatriz. Pero basta de esto.


Este no es Musi, este es uno que queria mis magdalenas y me lo hacía saber alto y claro



Me llevo bien con ellos, no me resulta difícil que me permitan acariciarlos cuando están sobre los muretes o rondando por los parques. Cuando sacaron aquella infame "ley" que prohibía ( WTF?) alimentar a animales callejeros, me dediqué, con mas ahínco que nunca, a tirar salchichas de pavo por la ventana, hasta que conseguí una coral nocturna. He pasado alguna que otra noche con una linterna, a cuatro patas, mirando bajo los motores de los coches, de modo que los vecinos se mosqueaban y pensaban en llamar a la poli, buscando ese maullido desconsolado que no me iba a dejar dormir, porque bajar la persiana no es ninguna solución. Asi he rescatado a varios y les he conseguido después una casita. Gatos, gatos, gatos. Muchas muchas experiencias vividas con gatos. Esta en mi el Gen de la Loca de los Gatos, sin duda.



A Haplo...
Si Vi y Al ven esta foto, espero que no se molesten!


...le gustaban los gatos. Vivió con uno, convencido durante sus primeros meses de que su misión vital era pastorearle, describía círculos a su alrededor controlando sus vaivenes, para desesperación del minúsculo minino. Cuando el minino creció, jugaban, y era Haplo quien llevaba las de perder. Esa trufa gañafada!.Luego iba por la calle saludando con alegría a los gatos y se asombraba con gran pasmo de esos bufidos lerendos que le soltaban...  ¿No eran amigos también  ¿No?¿Y porqué no? Y basta también de esto.






A Habibi le cabria una camada en la mandibula y cuando tuve a una gatita rescatada en casa, supe que podrian convivir. Giraba la cabeza, con sana curiosidad. Habibi es un enorme tontorrón. 


Hola, soy Habibi

Esta es la gatita de la que hablaba:

Yo la llamé Lily

Y era la cosa mas pequeña, bonita y perfecta del mundo


Nana no reaccionó igual. Era más bien : "Yep! Ha llegado el pedido de Planet Pizza! Oh, gracias-gracias-GRACIAS!!!"
Se un rato sobre como hacer que animales de distintas tallas y razas convivan y bla-bla-bla. Y supe que con Nana era imposible quedármela. Nana sale a la calle ansiosa y vuelve con la carita manchada de grasa...de que? de hacer el Tedax. Busca y busca gatos bajo los coches, tras los contenedores, sobre las tapias, vigila, atenta, todo su cuerpecillo serrano de tenso de emoción y cuando localiza uno hace un ruido parecido al de un monito tití angustiado: úh-úh-úh.ÚH-Úh-ÚH!.
Una mañana oigo ese peculiar gemidito y salgo al patio a ver. Y veo:

Úh-Úh., alarma

Será posible?


Ahí estas malandrín!
( en foto fija no se aprecian los ladridos ni los nerviosos correteos, claro)



Jé.


Je-Je-Je

"Qué miras-qué miras-qué miras!!!"


"...pues los pedos que te tiras"

Me chifla, estaba ahí, en lo alto, haciendola de rabiar. Y ahí se tiró un buen rato, disfrutando de ver a la pequeñaja ponerse de los nervios. Volvió varios días, a hacer exactamente lo mismo. Debo puntualizar que en ese alto no daba el sol, ni parecía un lugar apetecible por nada en particular, excepto por el espectáculo del que -sin duda alguna- disfrutaba. ¿Quien puñetas no adora a los gatos?










2 comentarios:

  1. Me encantan los gatos y echo de menos tener un gato en casa. El último, Keaton, era un siamés que tuvimos que "dormir" con 18 años. En una semana perdió la mitad de su peso, debido a un tumor. Y me encanta ver a Habibi, Nana, Lili... Y me has hecho reír con lo de "la coral de las salchichas" y "Qué miras-qué miras-qué miras!!!" "...pues los pedos que te tiras".

    Y yo también tengo una pequeña cicatriz de un arañazo de Keaton en una muñeca, que es como un tatoo para recordarle más aún.

    Muchos besos a repartir.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Guapo!
      También tus nenas se llevan mal con los gatetes o no tienes uno por otra razón?...no quiero meter la pata! Te acordarás, no?, la gatita a la que dejaba por la noche con la música de tu blog, esa era. Te lo creas o no había un tipo que trataba de atropellarla cuando salí a la calzada enloquecida de ira y preocupación. Apenas estuvo unas semanas conmigo, pero me acuerdo mucho de ella, ojalá me la hubiese podido quedar...
      Me alegro de que hayas pasado un buen rato con la fijación de la Peque-Flor. O me río o la estrangulo, por pesada!
      Besotes! ( Oliver bien?) Mas besotes!

      Eliminar

Es difícil, pero no imposible.